Llega el
momento. Tarde. No suele descubrirme pronto, no tiene prisa. Sucede ese
instante en el que, sin lucha alguna, vencen mis ojos intentando encontrar un
pensamiento agradable, en el que dejarse envolver e iniciar la búsqueda de lo
imaginario mientras mi mente se acomoda e interrumpe su labor consciente. Me
dejo llevar, cruzando los dedos, para poder gozar de una estancia agradable mientras estoy sumida en
ese estado en el que a veces soy yo, sin serlo.
Protagonista de
mi propio cuento, fruto de mis hábitos, mis costumbres, experiencias o a veces
simplemente de mis deseos y sueños.
Llegó el
momento y abstraída en la calma que da la oscuridad, los pensamientos vagan
husmeando en los recuerdos, con el fin de proyectar una nueva noctámbula
utopía, te encontré, te pude ver claramente… y ¡te toqué! Me asusté y corrí
hacia ti, aferrándome a tu mano, con mil preguntas en mi cabeza y buscando
solo una respuesta. “¿Pero tú estás bien??”. Pregunté con amargura. “Sí”.--,
me dijiste. Y en ese instante quedé suspendida en el tiempo.
Qué sensación
¡¡tan agradable!! ¡¡Qué paz!! ¡Qué sosiego son capaces de dar dos simples
letras! : “Sí”. ¡¡Qué ternura!! ¡Qué bello momento!
Tus claros
ojos cansados me transmiten aliento, me piden que comprenda que había llegado
el momento de partir a la eternidad para descansar de un sinfín de vivencias y
desde allí alabar mis atinos o reprobar mis desaciertos, siendo el guía de mis
pasos y regalando reposo a mis vívidos sentimientos.
Reina la calma
en mi perpetuo silencio, silencio en el que permanecerás inmortal para mi
recuerdo.
Ha pasado un
año ya. ¡¡Cómo pasa el tiempo!!. Aún me parece que fue ayer, así lo siento, así
TE siento.
¿Sabes algo?.
Hoy me visitó la musa que hace años me hacía aporrear una máquina de escribir y
llenar de garabatos un cuaderno verde. Te suena, verdad??. Debe estar
impregnado en mis genes la adicción a la escritura. Me sorprendió la
inspiración a deshoras y me encontré presionando un miniteclado lleno de botones
muy blandos… para ti demasiada tecnología, lo sé, pero recuerda que los tiempos
cambian.
Esta noche
tarda en llegar el momento de profundizar en mis quimeras, a ver qué me depara
este encuentro. Si andaré corriendo maratones, saltando como las cabras, trabajando
en algo muy importante o qué sé yo, a veces cosas extrañas y confusas que no
atino a descifrar en la mañana. Te sigo esperando. Esta vez ven con mi Rubia
que no ha tardado en reunirse contigo. Sigo esperando que vuelvas a visitarme.
¡Que vengáis a visitarme!..y me llenéis de esa quietud que me da ese instante.
Las lágrimas son agua y se secan pero aún no sé cómo hacerle a mi alma que
tanto os extraña y tiene tan presente.
Autora:
Paloma Miguel
"en contacto con el cielo"
Nota: es su homenaje a su abuelo y el de mis hijos. Ayer fue su cumpleaños , allá en el cielo...
Gran honor, que me deje publicarlo y se convierta, aún más, en parte de la historia de mi vida.
Intimo, acogedor, triste, esperanzador...
ResponderEliminarmientras lo leía, retenía la respiración, ¡emoción¡
G R A C I A S