Es estúpido quien confiesa temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera”. Epicuro
clik MUSICA
Misteriosa es ella
mi aliada y enemiga.
A veces escurridiza,
cual pez
en profundidades
de mares y océanos.
Entre cuevas
fosforecentes
de luminiscencia,
por su belleza
atraen y enloquecen
a su presencia,
en recovecos que
te alejan y entretienen
consumiendo el tiempo
al aprendizaje
de miles de verdades.
Que aún doliendo,
y si tú decides,
a la superficie
te harán llegar.
Siendo noche, la vía láctea.
Siendo día, el astro Sol.
Su resplandor te descubre
la vida real.
Mi mente
de luminiscencia,
por su belleza
atraen y enloquecen
a su presencia,
en recovecos que
te alejan y entretienen
consumiendo el tiempo
al aprendizaje
de miles de verdades.
Que aún doliendo,
y si tú decides,
a la superficie
te harán llegar.
Siendo noche, la vía láctea.
Siendo día, el astro Sol.
Su resplandor te descubre
la vida real.
Mi mente
busca y rebusca,
el árbol de la ciencia
que forme mi espíritu
para despedir su cuerpo.
Recogiendo siempre
instantáneas
que convierto en
que convierto en
aciertos y equivocaciones.
Un duelo anticipado
tal vez sea
de agradecer
pero... de igual
manera
difícil es educar,
la mente
a esa inminente muerte.
la mente
a esa inminente muerte.
Que no sea
una mala elección
aquella que destroce
su compañía
una mala elección
aquella que destroce
su compañía
en el actual presente.
Los conflictos internos
van sucediéndose...
deseo creer,
que llegando estoy,
a la aceptación
de una hora, un día , un mes...
donde esa paz
more sin esperar,
al después.
Mientras, me propongo
sea mi amiga.
Y si, por dos veces
nueve meses tuve,
para adaptar cuerpo y mente
a una nueva vida,
concebida por ambos
aceptando cuantos
cambios necesité,
así comienzo por reconocer
mi gratitud por ese
tiempo para la
despedida a ese cuerpo
que reviste
esa alma compañera.
Gracias a la vida que
me da esta oportunidad
con nuestra amante,
la muerte.
Mientras, me propongo
sea mi amiga.
Y si, por dos veces
nueve meses tuve,
para adaptar cuerpo y mente
a una nueva vida,
concebida por ambos
aceptando cuantos
cambios necesité,
así comienzo por reconocer
mi gratitud por ese
tiempo para la
despedida a ese cuerpo
que reviste
esa alma compañera.
Gracias a la vida que
me da esta oportunidad
con nuestra amante,
la muerte.
Autora
TRamos