Lunes cuatro de enero de 2014
ARTURO Y JUAN LUIS TRUJILLO
Mi sincera gratitud
al compositor de esta imagen
Y quiero mencionar la mía propia, que aunque no se seleccionó, realmente me parece directa y con peticiones algunas ciertamente interesantes.
20:13 horas, retiro que no se mencionó y lo hago desde la satisfacción de este generoso ser: Jorge del Nozal, un audio con mi carta desde sus sentimientos y su voz.
La carta de Arturo, me sedujo y atrapó nada mas leerla, me hizo meditar su petición y me ha convencido por completo, hay muchos Don Carlos que es lo único que piden: VIDA, de 365 a 365 días... el dice:
Aprovecho para agradecerles mucho por haberme concedido mi último pedido, aun dispongo de suficiente para la semana próxima, si Dios quiere.
Queridos Reyes Magos:
Como sucede todos los años, llegados estos días me pongo a redactar esta carta, donde les solicito mi regalo.
Ya saben de sobra lo que quiero, pues no soy muy original, ni materialista; aunque debo reconocer que soy bastante egoísta.
Aprovecho para agradecerles mucho por haberme concedido mi último pedido, aun dispongo de suficiente para la semana próxima, si Dios quiere.
Nunca me fallaron, pese a lo insólito de mi requerimiento.
Con gran esperanza, aguardo su regalo, que espero dure otros trescientos sesenta y cinco días.
Los quiere mucho.
Don Carlos.
Y
La de Juan luis Trujillo, en su repesca me alcanzo a mi también e igualmente quede atrapada, en ese momento que dice : se me congela la felicidad pensando en aquellos que no tienen nada.
La de veces que te quedas congelado viendo a todos aquellos que no tienen nada, pero como no eres tú...
.
Juan luis Trujillo
Queridos Reyes Magos: ahora qué vais de vuelta a casa quiero daros las gracias. Como todos los años, habéis repetido el milagro de poner sonrisas en las caras de los niños. Como siempre, conseguís que sus miradas nos enseñen ese candor autentico que solo habita en los corazones puros.
Al principio, trataba de recoger los momentos de mis nietas en las mañanas del 6 de enero, con una cámara fotográfica. Al poco, desistí. Era un momento mágico e irrepetible que no podía meterse en las estrecheces técnicas de un visor.
Gracias también porque a pesar de mis muchos años, sigo emocionándome en estas mañanas con olor a chocolate, cadencia de sonidos nuevos, paletas de colores brillantes, gritos de alegría y besos emocionados.
Gracias, repito.
* * *
Haced un alto en vuestro camino de regreso. Quiero contaros una cosa.
Veréis: la Valdepeñas que me vio dar mis pasos de niño, es una ciudad famosa por sus vinos. Seguro que habréis oído hablar de ella. Bien.
Después de las faenas de la vendimia, es decir de la recolección de la vides, cuando ya todo ha terminado y los lagares están repletos de uva para molturar y el epicentro del trabajo ha pasado de los majuelos a la bodega. Cuando el campo se queda huérfano de cantos, suspiros, cansancios y sudores, entonces, es cuando empieza “la rebusca”.
Es entonces cuando los que nada tienen, los que solo son visitados por el hambre, van a los campos y recogen los racimos perdidos, los olvidados y mustios, la pobre resaca que va quedando rezagada después de la opulencia y la plenitud. Los racimos que se han caído de las “capachas” con el traquetear de los tractores, los que han quedado en la cepa escondidos de la vista del presuroso vendimiador, el que se quedó a medio camino entre saciar el hambre y la mirada del manijero.
Pues bien, queridos magos de oriente, con esa paupérrima cosecha de advenedizos, hay familias que pueden dar de comer a sus hijos durante unos días.
Os preguntareis a cuento de qué viene esta historia. Os lo explico.
Nadie más consciente que vosotros mismos, de que vuestro trabajo, a pesar de desprendido y brillante no llega a todos los niños. Diría yo que son más los que se quedan sin la alegría de vuestra visita que los afortunados. Y no creo que esto sea justo.
Cuando lleguéis a vuestros almacenes, después de un merecido descanso, mirar por todos los rincones, hacer una rebusca, con la cual puedan sonreír más niños de los que lo hacen.
Vender el oro, que es solo sirve como representación de vuestro poder, pero no como respaldo de vuestra magnanimidad. Rebuscar en las cámaras, seguro que encontráis tesoros de incalculable valor, bajo una patina de polvo e indiferencia. Cerrar esos faraónicos templos donde es imposible el recogimiento y usar el incienso para que purifique la casa de los que no tienen.
Quitar el oro y las piedras preciosas de todos los costosos ropajes que hacen más pequeño y empobrecido al que necesita de pan y cariño.
Rebuscar en los templos, en los palacios, en las cajas fuertes, en las catedrales, en ese centro mismo de esa cristiandad que adoráis y seguro que podéis hacer otra ronda de donaciones a esos niños que no solo necesitan regalos, sino los necesarios alimentos para seguir subsistiendo.
Vosotros que tenéis el don de la ubicuidad, rebuscar en los salones de los consejos de administración, arrebañad lo que podáis de los presupuestos para la guerra y el odio, estad ojo avizor en los consejos de ministros y vigilad el Ibex 35, el Nasdaq, el Dow Jones, el Nikei, el Cac 40, todos esos índices que siempre señalan a favor de los poderosos. Usad de verdad vuestra magia.
No sé si vosotros tendréis la potestad para hacer lo que pido, pero al menos intentarlo.
Lo hago por egoísmo. Siempre que disfruto con las sonrisas de mis nietas al abrir sus regalos, se me congela la felicidad pensando en aquellos que no tienen nada.
A pesar de que yo, ya he hecho mi rebusca, he podido comprobar que no ha servido para mucho.
Es por eso por lo que os pido ayuda. Vosotros, con vuestra magia y amor si que podéis conseguirlo.
A sus Altezas,
No tengo edad suficiente para saber porque os
llaman así, se me ocurre que estáis alto, muy alto, tal vez cerca del Principito.
No erais más que un recuerdo que otra persona se encargó de romper en pedacitos, dejándome tiempos difíciles para la imaginación y un sabor amargo.
Altezas, igual que de niña os contaba mi
comportamiento de ese año, antes de solicitar mis deseos, aclararos que existe una causalidad que me lleva al mismo lugar donde os perdí en la orilla del mar y con confianza renovada os digo que recuperé y vivo en la magia del Cáos donde no importa si las deidades o egregores
existen o no, de hacer ciertas cosas se obtienen resultados. Y sin resultados
la magia del Cáos no existe.*
Altezas, solicito:
TRABAJO, PAN Y HOGAR PARA TODOS.
ACABAR CON EL LLANTO DE TRISTEZA.
QUE EXISTA, HERMANDAD.
LOS CIENTIFICOS TRABAJEN PARA EL BIEN DE TODA LA HUMANIDAD: NO EXISTA EL DOLOR FÍSICO, PSÍQUICO.
ESCUELAS PARA PROMOVER Y FOMENTAR LA BONDAD Y TODAS SUS SECUELAS.
ESCUELAS PARA VALORAR Y CUIDAR
NUESTRA NATURALEZA.
PARQUES POR DOQUIER.
RICAS RISAS, ARCO IRIS, ILUSIONES, ALEGRIA,
TERNURA, ALGARABIA Y DICHA...
No
hago reproches, ni os pido milagros , solo ayuda para este planeta que anda
confuso y equivocado.
"No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla". Roosevelt, Eleanor
"No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla". Roosevelt, Eleanor
Autora
tRamos